martes, 1 de marzo de 2011

¡Malditos garbanzos!


Aquellas malditas legumbres me miraban airadas desde el plato. Yo intentaba sortearlas mientras cazaba los pequeños trocitos de pollo que se encontraban rodeados. Mi madre me miraba con hartazgo y resoplando.

- Cómete también los garbanzos. Fríos saben peor.

Miré hacia mi plato con mala cara y me pareció percibir como aquellas bolitas asquerosas se reían de mí. Pensé para mí “ ¿De qué os reís? Vosotros parecéis pequeños culos.” Pero les daba igual, sabían que iban ganando la batalla.

- No me gustan los garbanzos. Saben mal.
- Me da igual. Te los tienes que comer.

Mi madre se mostraba inclemente cuando de los garbanzos se trataba. Todavía me quedaba escuchar que si quería crecer debía comérmelos todos.

Seguí dando vueltas y más vueltas al plato. Cada vez estaban más fríos y la salsa se espesaba más. Cada trocito de pollo que me metía en la boca iba seguido de pan y mucha agua. Pero aquel masticar y beber constante no engañaba a mi madre. Allí seguían aquellos malnacidos. Esperaba poder alargar el asalto y ganar la batalla por aburrimiento.

- Deja de beber y come.

Mis estrategias se desmoronaban una a una ante la cabezonería de mi madre. Puse morritos y contesté.

- No quiero.
- En África los niños se mueren de hambre.

Aquí vi un a oportunidad abierta. Una esperanza efímera que poder aprovechar y así no perder esta batalla.

- Los podemos meter en un sobre y mandárselos. Así no se mueren y total yo no los quiero.

- Cooomee. Hasta que no te los comas no te levantas.

Aquello me molestaba. Nunca nadie rebatía mis argumentos, no comprendía por qué siempre que preguntaba algo me respondían con imposiciones. Al fin y al cabo no veía relación entre comerme los garbanzos y la mejora de la vida en África.

- ¿Qué más te da que no me los coma? No tengo hambre.
- Tienes que comer.

Lejos de aquella mesa que cada vez se me antojaba más represiva me esperaban numerosos intereses; iba a empezar Pokémon y quería jugar con mis Lego, pero estaba allí perdiendo el tiempo.

- Pero no tengo hambreee...
- Venga, cómete la mitad.

La mitad de los garbanzos. No me gustaban nada, sin embargo, aquello representaría un empate. Tracé una línea que dividía en dos el contenido del plato. Cogí temblorosa la cuchara e introduje los garbanzos en mi boca hasta terminar una de las mitades. Mientras los masticaba y su sabor se expandía por mi boca percibía que aquellos garbanzos se sentían victoriosos.

-Ya está. Ya comí la mitad.
- Eso no es la mitad.

Miré desconcertada a mi madre ¡Aquello era traición! Había comido la mitad de los pequeños culos burlones y ahora pretendía timarme.

- ¡Si era la mitad! - Protesté llena de razón.
- Dos cucharadas más.
- Dijiste la mitad.
- Pero eso no era la mitad.
- Si lo era, hice una raya.
- Dos más y te puedes ir.

Miré el reloj, seguramente ya habían empezado los dibujos. Cada minuto que pasaba allí sentada era posiblemente un minuto grandioso perdido.

Finalmente me rendí, con la esperanza de que mi madre no volviese a traicionarme y tuviese que terminar todo el plato. Tomé las últimas dos cucharadas y mi madre, triunfal, retiró mi plato. Lo dejó en el fregadero, dónde podía ver la escasa cucharada y media de garbanzos que quedaba dentro del plato. Sabía que los garbanzos se estaban riendo de mí sabedores de su victoria.

Mientras bajaba de la silla lo tuve claro. Los garbanzos habían ganado esa batalla pero no les dejaría ganar la guerra.

4 comentarios:

  1. Me gustó muchísimo la historia. Todos hemos tenido que pasar por esa situación alguna vez, ya fuera sopa de arroz, espinacas, etc.
    Me ha recordado a cuando era pequeñita.

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  2. Me alegro de que te haya gustado. Me pareció un buen relato para inaugurar el blog. ^^

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  3. Leí primero "Telescopio" y me pareció brutal, me gustó mucho...me emocionó mucho sinceramente...acabo de leer este relato y me ha encantado... las pequeñas guerras diarias, esa lucha entre lo que esperan de nosotros (imposiciones del entorno) y lo que realmente queremos...muy costumbrista y muy bonito...
    ...sigue escribiendo por favor,
    tus relatos inspiran.

    P.D. : Inspiran y expiran están llenos de vida ;D
    ANIMO

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  4. n///n Me alegra mucho que te haya gustado. Me halaga mucho tu comentario. ¡Acabaré por creérmelo y todo!

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